¿Por qué abordar ahora el tema OVNI (UAP) de manera seria y formal en el mundo académico?
Históricamente el fenómeno OVNI (Objeto Volador No Identificado), UFO por sus siglas en inglés (Unidentified Flying Object), que ahora ha sido renombrado por el gobierno de EU como FANI (Fenómeno Anómalo No Identificado), o UAP por sus siglas en inglés (Unidentified Anomalous Phenomenon), ha sido reportado por un importante número de personas, en diferentes épocas y por toda la geografía de nuestro planeta. El público en general, con muy diferentes tipos de perfiles, ha dado cuenta de cosas que pasan en nuestros cielos y mares, por todo el mundo, sin que existan los elementos adecuados para su identificación. Cosas que no se explican como fenómenos naturales, sino artificiales, inclusive desde antes de la aviación.
La negación de los gobiernos y sus fuerzas armadas para reconocer el fenómeno e investigarlo, ha sido no sólo notoria, sino ominosa, ante la abrumadora cantidad de avistamientos, y la indiferencia de académicos y científicos, provocada por el estigma de que los OVNIs no existen, por lo que quienes reportan haberlos visto, terminan siendo desacreditados. Ante esto, la opinión pública, al ser testigo de un fenómeno real, evidentemente busca llenar esos vacíos de información y explicaciones, con mitos y leyendas urbanas, que en la actualidad ya forman parte de la cultura y el folklore en cualquier comunidad.
Durante décadas, esta dinámica prevaleció, hasta 2017, en que hubo una disrupción gracias a una publicación en el New York Times, en el que se revelaba al público un programa secreto del gobierno para el estudio de OVNIs. Con lo que, a partir de ese momento, la dinámica cambió radicalmente convirtiéndose en una aproximación más seria y formal al estudio y la comprensión del fenómeno.
Actualmente autoridades en Estados Unidos, científicos y académicos prestigiados en el mundo, inclusive los parlamentos y congresos en diferentes países, han cambiado su narrativa, están tomando el tema en serio, y ya existe una reconocimiento claro y expreso, de que el fenómeno es real, y es mucho más complejo que sólo naves desconocidas. De hecho, tan sólo en Estados Unidos, el Congreso de aquél país ha emitido desde 2021, más de cinco tipos de leyes OVNI (UAP), para regular diferentes aristas del fenómeno. Cada una con un lenguaje específico que revela la información clasificada a la que han tenido acceso los Congresistas, en especial los Senadores.
Derivado de esta nueva dinámica, se hace necesario que en cualquier comunidad donde puedan existir avistamientos por parte de la gente, existan instancias para recabar los detalles de sus experiencias. Instancias que permitan un manejo objetivo y detallado de las características físicas y de desempeño, de cualquier fenómeno que pudiera ser experimentado por un testigo. Lo anterior con el propósito no sólo de integrar un archivo con la información objetiva, sino de iniciar con los análisis correspondientes de los académicos y científicos en la comunidad, y que pueda ser compartido a otras instancias internacionales para una mejor comprensión del fenómeno.
Directrices del Centro de Reporte de OVNIs México (CROM UAP)
Recabar la información de avistamientos de fenómenos anómalos a partir de los testigos de primera mano.
Orientar a las personas sobre cómo analizar y describir una experiencia anómala.
Desmentir mitos o leyendas urbanas que son parte del folklore de la comunidad.
Difundir todos aquellos hallazgos producto del análisis de la información y de los datos.
Investigar, analizar y difundir, todo aquello relacionado seriamente con el tema, que sea publicado en otros países.
Compromiso ante la comunidad
Manejo de información
Gestión adecuada de la información recabada
Protección de datos
Protección de la identidad y datos personales de los testigos
Veracidad
Promover la veracidad de la información que se difunde
Fuentes confiables
Selección de las fuentes más confiables y creíbles
Orientación empática
Orientar al público con empatía y consideración